Hans Christian Oersted observó que la aguja de una brújula se desviaba al situar una corriente eléctrica alrededor. De este modo, descubrió que una corriente eléctrica produce un campo magnético a su alrededor. Así, llegó a la conclusión de que hay una relación entre la electricidad y el magnetismo, a la cual llamamos electromagnetismo.
Al fabricar un electroimán, hay tres aspectos a tener en cuenta para aumentar el campo magnético:
- Si la fuente de energía es muy débil, el electroimán también lo será.
- Cuantos más bucles tenga el cable, más potente será el electroimán.
- Insertar una barra de metal (un tornillo o un clavo también sirve) entre los bucles intensifica notablemente el campo magnético.
EL MAGNETISMO PRODUCE ELECTRICIDAD
Unos años después Michael Faraday descubrió lo contrario, es decir, descubrió que un imán, moviéndolo, podía producir electricidad.
Conectó un cable de cobre a un galvanómetro (instrumento que mide la intensidad de la corriente) y pasó un imán por el centro de la bobina. Al hacerlo, observó que la aguja del galvanómetro se movía. Esto demostró que la variación del campo magnético produce electricidad.
En la actualidad para producir electricidad a partir del magnetismo, se utilizan generadores electromagnéticos.
En resumen: la corriente eléctrica y el magnetismo son fenómenos relacionados.
La corriente eléctrica produce magnetismo y la variación del magnetismo produce corriente eléctrica.
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